Tiempo y tiempo es lo q he de contar cada día, instantes llenos de soledad, de vacíos con miles de palabras que quieren ir hacia tus oídos para contarte los minutos que han pasado pero aquí sigo esperando que voltees a mirarme, que tu boca necesite decirme un tan solo ¡Adiós! Han pasado infinitos días en mi cuenta incansable que inicie el día que dejaste de mirarme. Dime dónde te has metido, por que camino tras mis mismos pasos y me canso de buscarte y no te encuentro, es como si Dios y el tiempo buscaran apartarnos más de lo que el viento ha hecho. Acaso los minutos corren mas que antes, acaso los días no se cansan de huir de mis manos.
Sé que estas bien, que sobrevives, que luchas día a día por lograr tus sueños, esos de los cuales un día decidiste apartarme. Sueños que yo sigo recordando. Pero será qué soy una sombra en tu vida o es qué estas tan apartado de la realidad que no logras verme, estoy aquí tan cerca de ti como lo quieres, tan lejos como lo temes, y sin embargo sigo aquí esperándote. Quizás tu esperes por mi, pero es difícil.
Tú te has marchado y como he de encontrarte sino deseas que te encuentre.
He derramado muchas lágrimas, (para ti quizás pocas), al viento pidiéndole que me deje sin memoria, que me borre los recuerdos o que me haga no recordar tu nombre, pero es inútil, pienso que tendré que hablar mas con la noche para que algún día tengas piedad de mi y me olvides. Así mi mente, corazón y mi ser entiendan que no existo, que morí cuando nací en tu lecho de amistad y que he revivido para tomar rumbos nuevos que no acepto pero pido.
He tratado de decirme a mi misma que hemos muerto, que cada una renació en cuerpos distintos y por eso no recuerdas quien era, quien soy. Pero entonces miro, a esos ojos negros que nunca han perdido su negrura, y ellos me dicen que aun existo.
¿Cuántos pasos más debo dar? Sólo dime, ¡te escucho!
Permíteme recibir una vez mas tus palabras, esos dulces susurros que extraño, llegar con el viento e irse con la brisa del mar.
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