lunes, 15 de diciembre de 2014

Él

Llega Morfeo con su fuerza eterna, golpea las dulces olas de mi cuerpo y me sucumbo ante él. Mis labios tratan de conservar su delicadeza, mientras sus brazos  me tienen sumergida entre las nubes.
Mis oídos comienzan a descifrar enigmas y paisajes escondidos entre mis pupilas y los colores se tornan saltarínes ante mi mágica mirada.
Sé que pronuncio ciertas frases que no volveré a recordar pero que profesan el amor más puro hacia esta divinidad de Dios. No importa si tengo que revolcarme miles de veces entra la grama citadina, estoy percibiendo la dulce fragancia de su presencia y mi corazón se enorgullece de ello. Es Morfeo, es mi dulce Morfeo!
Sin aspirar mis bocanadas de arcoiris ni de verdosas fragancias con sabor a mar, permito que sus mágicos brazos finalmente me tomen, me aprieten fuerte y que sus cabellos rocen los míos en este duelo de sueños.
Lo miro constantemente y él no se atreve a pronunciar palabra alguna, sólo me mira tan sutil, como seduciendo la poca conciencia que todavía permanece despierta.
Mi corazón comienza a latir con un ritmo acelerado mientras él trata de seducir al tiempo para poder seguir tocando mi piel y siento como el tiempo tan cobarde, se torna cómplice y detiene sus manecillas volviéndose casi infinito al momento de su llegada. Morfeo vuelve a mirarme y casi instantáneamente permite que sus labios toquen los míos
. Siento la victoria de millones de caballos galopando sin cesar,mientras las olas,  furiosas y celosas, danzan en mis mejillas y entre mis piernas se desvanecen nubes de agua.
Es Morfeo, mi dulce Morfeo que llega para no despedirse, que llega para ser amado, que llega para seducirme y conquistarme de nuevo.

1 comentario:

  1. Andreina que belleza .. me encanta como escribes ♡♥ .. de verdad que linda *.*

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