Ricardo lleva en su alma un gran peso, un secreto que ante el mundo él prefiere callar. Sus ojos se nublan de tristeza y poco a poco comienza a lloviznar. Se moja sus zapatos en el charco y trata de cubrir su cabeza con la chaqueta negra y vieja,que lleva a todos lados desde que tenía 12 años. Camina y siente la indignación del universo hacia él. Mira el cielo y se siente solo, no hay luna, no hay estrellas, sólo oscuridad.
Continua el camino y mentalmente repasa cada uno de los lugares con los que sabe que va a tropezar. Observa detenidamente sus manos y mira gotas de sangre desbordarse de sus dedos, cierra y abre rápidamente sus ojos y sólo observa pequeñas gotas de lluvia que arrugan sus delgados dedos. -¡Bendita Lluvia!- se dice a si mismo mientras camina a través de la noche. Ya no siente miedo y para distraer un poco sus nervios, recuerda cada una de sus palabras al abandonar la habitación : -Hoy finalmente todo acabó- Ricardo lo repite y escucha unisonamente, a la vez que muerde sus labios poco a poco apretándolos fuertemente a causa de su enorme ira.
Gira en la siguiente cuadra y trata de pensar de manera neutral en todo lo que ha sucedido, él sabe que todo ha ocurrido por que el destino fue cruel y que nunca pensó en él. Transcurren unos segundos y puede sentir el incesante silencio nocturno y lentamente trata de animarse al sacudir las voces que lo rodean y le gritan: -¡Cobarde, Asesino,Loco!- Ricardo sabe que todas esas personas no entienden la naturaleza del asunto y que ellas no comprenden la tortura que él lleva en su espalda desde hace casi cuatro años cuando todos decidieron partir y olvidarlo.
Ahora él vengaba su causa, ahora el asesinaba cada uno de los sueños posibles y ahora Ricardo sabía , al fin, cuál sería su verdadero destino, luego de esta noche.
La lluvia ha cesado un poco y Ricardo observa, quizás por última vez , su pequeño rostro a través de los charcos de agua que en la calle se han formado. Mete sus manos en sus bolsillos y encuentra un cigarrillo, lo prende con el último fósforo que contiene la cajetilla y comienza a fumar lentamente el cigarro . Siente que inhala poco a poco la nicotina y a su vez que exhala toda su preocupación . Tan sólo tiene 16 años, se fue de la escuela y un día decidió no regresar a su casa, hasta que la vida lo llenara de nuevos sueños, canciones de cuna y una nueva historia que contar. Termina su cigarro, lo tira al piso mientras lo apaga con la punta del zapato. Voltea y observa que a su espalda, la calle se ha tornado un poco nublada pero él sigue caminando y sabe que en unos dos minutos o quizás menos, llegará por fin a su destino.
Se abrocha fuertemente su chaqueta, se acomoda la gorra que cubre sus negros cabellos y comienza a dar pisadas un poco mas lentas al instante en que su piel se eriza y sus piernas comienzan a temblar , quizás de frío.
Se detiene a contemplar el lugar en donde esta parado y sabe que sólo han pasado unas dos horas desde que estuvo por aquí. No duda más, sabe dónde y qué buscar. Llega al edificio, sube las escaleras, un poco oxidadas por los años,saca una llave de su bolsillo delantero y entra a una habitación donde todo sigue igual. Se detiene frente a la puerta principal, gira la manilla, enciende una luz y mira el cuerpo que permanece cubierto con unas sabanas blancas.
Ricardo camina hasta el cuerpo y ve un frasco de veneno junto a un vaso de agua, que permanece ordenadamente colocado sobre la mesa de noche. Descubre el cuerpo y mira a el joven que yace tendido ante él y que como bien sabe , está muerto. Lo observa fijamente y respira profundo, como despidiéndose del cadáver. Ahora puede sentirse completamente en paz.
Instantáneamente Ricardo voltea el cuerpo que hace unas horas dejó de respirar y descubre que éste lleva una chaqueta vieja negra, una gorra y curiosamente tiene 16 años de edad.
Continua el camino y mentalmente repasa cada uno de los lugares con los que sabe que va a tropezar. Observa detenidamente sus manos y mira gotas de sangre desbordarse de sus dedos, cierra y abre rápidamente sus ojos y sólo observa pequeñas gotas de lluvia que arrugan sus delgados dedos. -¡Bendita Lluvia!- se dice a si mismo mientras camina a través de la noche. Ya no siente miedo y para distraer un poco sus nervios, recuerda cada una de sus palabras al abandonar la habitación : -Hoy finalmente todo acabó- Ricardo lo repite y escucha unisonamente, a la vez que muerde sus labios poco a poco apretándolos fuertemente a causa de su enorme ira.
Gira en la siguiente cuadra y trata de pensar de manera neutral en todo lo que ha sucedido, él sabe que todo ha ocurrido por que el destino fue cruel y que nunca pensó en él. Transcurren unos segundos y puede sentir el incesante silencio nocturno y lentamente trata de animarse al sacudir las voces que lo rodean y le gritan: -¡Cobarde, Asesino,Loco!- Ricardo sabe que todas esas personas no entienden la naturaleza del asunto y que ellas no comprenden la tortura que él lleva en su espalda desde hace casi cuatro años cuando todos decidieron partir y olvidarlo.
Ahora él vengaba su causa, ahora el asesinaba cada uno de los sueños posibles y ahora Ricardo sabía , al fin, cuál sería su verdadero destino, luego de esta noche.
La lluvia ha cesado un poco y Ricardo observa, quizás por última vez , su pequeño rostro a través de los charcos de agua que en la calle se han formado. Mete sus manos en sus bolsillos y encuentra un cigarrillo, lo prende con el último fósforo que contiene la cajetilla y comienza a fumar lentamente el cigarro . Siente que inhala poco a poco la nicotina y a su vez que exhala toda su preocupación . Tan sólo tiene 16 años, se fue de la escuela y un día decidió no regresar a su casa, hasta que la vida lo llenara de nuevos sueños, canciones de cuna y una nueva historia que contar. Termina su cigarro, lo tira al piso mientras lo apaga con la punta del zapato. Voltea y observa que a su espalda, la calle se ha tornado un poco nublada pero él sigue caminando y sabe que en unos dos minutos o quizás menos, llegará por fin a su destino.
Se abrocha fuertemente su chaqueta, se acomoda la gorra que cubre sus negros cabellos y comienza a dar pisadas un poco mas lentas al instante en que su piel se eriza y sus piernas comienzan a temblar , quizás de frío.
Se detiene a contemplar el lugar en donde esta parado y sabe que sólo han pasado unas dos horas desde que estuvo por aquí. No duda más, sabe dónde y qué buscar. Llega al edificio, sube las escaleras, un poco oxidadas por los años,saca una llave de su bolsillo delantero y entra a una habitación donde todo sigue igual. Se detiene frente a la puerta principal, gira la manilla, enciende una luz y mira el cuerpo que permanece cubierto con unas sabanas blancas.
Ricardo camina hasta el cuerpo y ve un frasco de veneno junto a un vaso de agua, que permanece ordenadamente colocado sobre la mesa de noche. Descubre el cuerpo y mira a el joven que yace tendido ante él y que como bien sabe , está muerto. Lo observa fijamente y respira profundo, como despidiéndose del cadáver. Ahora puede sentirse completamente en paz.
Instantáneamente Ricardo voltea el cuerpo que hace unas horas dejó de respirar y descubre que éste lleva una chaqueta vieja negra, una gorra y curiosamente tiene 16 años de edad.